Hace ya mas de cinco años me paso algo muy singular, para mi, con una antigua enamorada, de quien yo estuve muy enamorado, y como hasta hoy lo hago con las relaciones que tengo, dando lo mejor por el bien de la relación, hasta que me dijo: “hasta acá nomas” y bueno para mi eso es definitivo, la relación no se termina por mi sino a solicitud de ella. Pasaron algunos años y un día se me ocurrió llamarla, yo estaba solo y ella… es así que salimos un par de veces y nada paso, yo ya no sentía nada por ella, solo aprecio, pero como estaba solo se me dio por llamarla y es así que nos volvimos a ver. Pero lo singular fue que a la tercera vez ella ya no asistió a la “cita”, es por ello que opte por ir a su casa y así lo hice. Recuerdo que fue un domingo cuando, llegando a su casa, advertí a un muchacho en su puerta conversando con su hermana, yo me acerque y pregunte por ella, ella salió me dijo que estaba ocupada y otras cosas más que ya no recuerdo, yo decidí retirarme cuando escuche que me dicen: Amigo podemos hablar un rato. Era un patita algo delgado y un poco molesto, yo me detuve y hablamos los tres. Este “amigo” en principio me adelanto que era su enamorado y que estaba al tanto de las salida que yo había tenido con mi “ex” y que me pedía que no volviera mas por dichos lares. La verdad no me alcanzaría el tiempo para describir el rostro de mi ex, estaba completamente avergonzada, buscaba no se que en el suelo y por momentos me pedía que ya me fuera; yo simplemente dije que era una antigua compañera del colegio y de que nada había pasado, era la verdad, nada paso, y que podía estar tranquilo, mire por ultima vez el rostro de mi ex y tras ello me fui.
Ahora no se que será de su vida, pero creo que ese momento es la confirmación de que vale la pena actuar bien, por lo que pude enterarme después, el no la trataba bien y hasta algunas veces la golpeaba, no es que uno este contento con lo que a otros le pueda pasar, solo que queda la satisfacción de que al menos ella, en algún momento llegaría a la conclusión de que lo que había en mi era algo sincero y aleja de todo maltrato. Hoy en día mientras seamos honesto e íntegros con nuestros sentimientos y con la persona que amemos la vida nos dará pruebas de que ello es lo correcto, no es necesario el estar anhelando el mal para alguien, por el contrario pidamos que le vaya bien, si es así bien, sino, ya no esta en nuestras manos.
